Invisible, novelesco, quizás inexistente, pero igualmente querido público lector, ¿cómo estáis, cómo sentáis el día de hoy? Respondo a miles de millones de consultas sobre lo mismo: para conversar responda al mail, no es necesario usar Sustack. Su aporte es indispensable.
13 de febrero
Dormí bien. En ayunas hice una rutina saltando en una pata alrededor de la mesa de la habitación hasta llegar hasta el fallo. sesenta abdominales, cuarenta flexiones abiertas. Hoy no me maree. Ayer vi Cecil B. Demente de John Waters. Es la primera película que veo de él. Me gustó mucho, sobre todo cómo ejecuta la idea de que para hacer una buena película hay que estar dispuesto a morir. Mejor: la única manera de hacer una película sin Hollywood es muriendo. Actúa el que hace de Michelangelo en The Wire y Maggie Gyllenhaal.
14 de febrero
Hice dos recorridos del laberinto. Fui como tiro escuchando Sin Ley. En la “pulpería” del laberinto, al costado de la acequia a la sombra me leí dos poemarios de corrido: uno de Henri Meschonnic y otro del turco Nazim Hikmet. Me gustó más el primero, aunque sospecho que el segundo no aguantó la (mala) traducción. Leer me ordenó sobre qué escribir y activé la corrección de El soneto nacional. Estoy usando imágenes de E. Stupía y no me responde los mail. Si alguien del público lector tiene el Whatsapp de él, ¿me lo facilita?
Un de HM que me gustó:
palabra por palabra salgo de mí
otra después otra
yo me conmigo
una palabra mi corazón apenas una palabra
por una palabra un poco de noche
un soplo de hilo
sombra para ver
la vida toda en los oídos
el día me silva yo vengo
Poema de la pág. 63 de Puesto que soy esa zarza. Traducción de Hugo Savino.
Me resisto al Ulises. Pesa mucho para leer y poco para usarlo de mancuerna. Hoy mi abuela Tila cumpliría 95 años.