Diario de la beca #7
Viñas, olivos, duraznos membrillos por la calle nueva que llega de San Rafael hacia la finca. Llovió toda la noche. Acá se ven las florcitas amarillas en la entrada y atrás del crateus con sus pelotitas naranjas, se ve el molino sin aspas, que tiene los mismos años que la casa, como doscientos, y los olmos secos que me hacen acordar al poema de Machado que me hace acordar a Pablo Rieznik.
Me llama un amigo que está siempre arriba del camión.
–Cómo andás mugriento, así decía mi tío, mugriento, yo acá tirando dijo una vieja y estaba choreando cobre y acá en Deró estoy cargando, el bar que voy me corta un chorizo seco y un Cinzano tres mil pesos me cobra vos qué hacés
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Estoy encantado con el ensayo de Starobinski Psicoanálisis y crítica literaria que releí recién en la revista Sur, 318, de mayo-junio del 68. Strobinski está enojado con Freud se muestra en varios textos en desmedro de los poetas a favor de la ciencia.
El psicoanálisis, por su lado, quiere ser discurso científico en un lenguaje no cuantificable. La única referencia es la experiencia clínica, siempre única, irreductible a las coordenadas de un diagrama … La ciencia recurre a un control experimental y se somete a la decisión de la medida.
La primera vez que supe de Staronbinski fue por Beatriz Sarlo en algún ensayo sobre Sarmiento.
Estoy escribiendo un ensayo sobre una escena muy citada del Facundo de Sarmiento: cuando en medio de una tarde serena y apacible una nube torva y negra se levanta sin saber de dónde, se extiende sobre el cielo mientras se cruzan dos palabras y de repente el estampido del trueno anuncia la tormenta que deja frío al viajero y reteniendo el aliento por temor de atraerse un rayo de dos mil que caen en torno suyo? La oscuridad se sucede después a la luz; la muerte está por todas partes; un poder terrible, incontrastable, le ha hecho en un momento reconcentrase en sí mismo y sentir su nada en medio de aquella naturaleza irritada, sentir a Dios, por decirlo de una vez, en la aterrante magnificencia de sus obras.
Va un fragmento de mi texto.
Quiroga cobra vida en la pluma de Sarmiento una década después de muerto en forma de Facundo, como la sombra terriblemente productiva porque le garantiza un fundamento histórico y teórico a su visión política.
Yuyo Noé. Tormenta en La Pampa. Homenaje a una pintura escrita por Samiento. Acrílico sobre tela, 215 x 250cm, 1991.